Y Junts volvió a hacer de Junts, no solo porque mantuvo la incertidumbre en la votación hasta el último minuto sino porque dejó claro que no le importan nada en absoluto ni la normalización de la situación en Catalunya, ni, por supuesto, la gobernabilidad de España. Pero diría más, después de que ayer votara que no a una ley de amnistía que el PSOE, rozando el límite de lo posible, ha ido alicatando a gusto y necesidades de los independentistas, se puede concluir que a Junts tampoco le importan los posible beneficiarios de esta norma. Porque entre las explicaciones que tendrá que dar en Catalunya están las explicaciones que tendrá que dar a los encausados por el procés que no son Carles Puigdemont y que desde ayer tienen un futuro un poco más negro.
